El show de Marcela Morelo en Lanús terminó en escándalo
[ 31 de Diciembre de 2012 08:31 ]La cantante tocó invitada por el municipio y realizó un reclamo pidiendo más seguridad. Desde la organización, no se lo tomaron muy bien.
En el marco de los tradicionales eventos culturales con entreda libre y gratuita que realiza la municipalidad de Lanús, provincia de Buenos Aires, para despedir el año, Marcela Morelo fue invitada como fígura y dio un show en los jardines del palacio municipal.
Durante su recital, la cantante aprovechó la ocasión para expresar su preocupación por los episodios de inseguridad en la zona. Uno tuvo como protagonista al guitarrista de su banda, a quien le robaron su auto, estacionado a la vuelta del municipio.
En ese contexto, además de anunciar que va a sumarse a las marchas por la inseguridad que suelen realizarse los viernes, la cantante le pidió al intendente Darío Díaz Pérez que "haga algo".
Esto provocó la inmediata adhesión de la mayoría de la gente que había ido a presenciar el show: abuchearon al funcionario y con gritos pidieron "seguridad". Sin embargo, los representantes municipales que habían sido parte de la organización del evento se sintieron tocados y comenzaron a insultar hacia donde se encontraba Morelo.
El periodista publicó a través del sitio noticias Diario Registrado su obra titulada La bella mierda.
Hasta el más vacuo poetizo se embellece con flores y nenúfares; con alondras y hadas. Pero cómo escribir un poema bello con soretes y mierda, y cómo hacer que algo cambie para que nada siga igual y desdecir al Gatopardo bellamente. Hay que cambiar desde el 7 de diciembre. Y hacer que la mierda ya no apeste ni hieda; ni impregne pituitarias ni cerebros. Ni lenguas entrenadas dócilmente a ser indóciles al revés. Y hay que empezar a escribir un poema de mierda bella con la nueva fragancia de la Ley y de la libertad de oídos y de ojos, de dial y de pantalla. Y de cacerolas, que solo quisieran la libertad para ellas pero deberán resignarse a la libertad para todos. Hay que cagarse bellamente en el periodismo sucio de arrogancia y de pagas tan prósperas que lo desperiodiza; y darle la bienvenida limpiándolo. Y limpiándonos cada uno en su medida y armoniosamente. O sin armonía y sintiendo rabia de limpiarse. Porque la propia suciedad y la mierda propias no le gustan a nadie. No están exentos de esta tarea de higiene ciertos públicos mentidos que se volvieron mentirosos por contagio, y tanta oposición política cautiva del síndrome de Estocolmo; Ahora tiene la posibilidad de "destocolmizarse" bellamente. De "desmagnetizarse".Está dicho que el 28 de diciembre es el día de los inocentes. Entonces el 7 es el día de los culpables; el día del toque de retirada de Clarín y el del fin de la patraña. En fin, hay que purificar la mierda sin asco. Porque puede ser bella si muda a crisálida, y después a mariposa.
El 5 de octubre de 1975 un comando montonero atacó el Regimiento de Infantería de Monte 29, en Formosa, en un operativo militar de gran envergadura que ayudó a precipitar el golpe de 1976. El libro Operación Primicia reconstruye ese cruento episodio y revela que varios de los atacantes muertos durante el asalto fueron incorporados por el actual gobierno a la lista de víctimas del terrorismo de Estado Por Ceferino Reato
De los suburbios de Formosa a la costanera porteña, el bautismo de fuego del Ejército Montonero sigue haciendo ruido 35 años después. La mayoría de los guerrilleros muertos en el ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29 el 5 de octubre de 1975, durante el gobierno constitucional de Isabel Perón, ya figura en el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado; además, por orden de Néstor Kirchner, esos nombres fueron agregados a los listados de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y sus parientes cobraron la indemnización prevista por una ley sancionada durante el menemismo, que en marzo de este año ascendía a 620.919 pesos.
Está de
moda retratar el marxismo como una fuente de autoritarismo. Esta acusación ha
sido planteada en repetidas ocasiones por los anarquistas, los reformistas y
toda clase de oportunistas. Bakunin fue uno de los exponentes más famosos de
tales acusaciones. Pero la verdad es concreta y los hechos históricos revelan
que los mismos elementos que gritan con gran alboroto contra el autoritarismo
son los peores burócratas y autoritarios ... en los lugares donde se las
arreglan para llevar el mando. "Por lo demás, el viejo Hegel ya ha dicho: Un
partido se prueba a sí mismo, un partido victorioso por el hecho de que se
divide y puede soportar la división." (Engels a Bebel, 20 de junio de 1873)
Ha habido muchas divisiones en la historia del movimiento marxista. Los
enemigos del marxismo utilizan este hecho como prueba de una debilidad
inherente, un espíritu intolerante, centralismo excesivo, tendencias
burocráticas y autoritarias, y así sucesivamente. De hecho, las crisis
periódicas y las divisiones son una consecuencia inevitable del desarrollo. Las
crisis son un hecho de la existencia humana: el nacimiento es una crisis, como
lo es la adolescencia, la vejez y la muerte. Los individuos débiles serán
arrastrados por las crisis. Los hombres y mujeres de carácter más fuerte
superararan las crisis y saldran fortalecidos y con más confianza que antes.
Es lo mismo con una tendencia revolucionaria. El movimiento debe esforzarse
constantemente por deshacerse de las tendencias sectarias y oportunistas, que
reflejan en parte las presiones de clases ajenas,y en parte, la incapacidad de
una capa de la organización para avanzar a una etapa superior de desarrollo.
Este fue el caso en la Primera Internacional o Asociación Internacional de
Trabajadores (AIT), cuando Marx y Engels fueron obligados a librar una lucha
feroz contra los seguidores del anarquista Bakunin. El documento que hemos
publicado recientemente , Las pretendidas escisiones en la Internacional es un
útil recordatorio de las diferencias entre el marxismo y el anarquismo. Creemos
que merece una lectura cuidadosa de las lecciones que tiene para los marxistas
de hoy.
Bakunin
Las intrigas de Bakunin contra el Consejo
General se iniciaron en 1871, aunque estaba en contacto con Marx, antes de eso.
En 1864 conoció a Marx en Londres, de quien se enteró de la fundación de la
Internacional. Se comprometió a cooperar. Sin embargo, Bakunin mantenía la
opinión de que Marx exageraba la importancia de la clase trabajadora, al tiempo
que sostuvo que los intelectuales, los estudiantes, el lumpenproletariado (los
desclasados) y la clase media representante de la democracia burguesa eran los
más probables agentes de la revolución. Por esta razón, Bakunin comenzó su
actividad, no en el movimiento de los trabajadores, sino en una organización
burguesa de Suiza llamaba la Liga de la Paz y la Libertad (Ligue de la Paix et
de la Liberté).De hecho, fue elegido para su comité central. Pensó que podía
hacerse cargo de la Liga y utilizarla como un vehículo para promover sus
doctrinas anarquistas. Sin embargo, en el Congreso de la Liga en Berna, no tuvo
ningún impacto y se separó con una minoría insignificante. Fue sólo en este
punto, tras haber caído con la Liga y después de separarse de la Liga burguesa
que entró en la sección Romanda de la AIT en Ginebra.Eso fue a finales de 1868.
Bakunin tuvo la idea de formar dentro de la AIT una fracción anarquista con él
como líder.Para ello, estableció la "Alianza de la Democracia Socialista". Su
objetivo era conseguir el control de la AIT y endilgar sus ideas anarquistas
sobre ella. Pero tenía un problema grave: la Internacional estaba encabezada
por el Consejo General en Londres, donde Marx tenía una influencia considerable.
A fin de lograr su objetivo por lo tanto, Bakunin tenia que socavar al Consejo
General y ensombrecer el nombre de Marx. Esto lo hizo en perjuicio de las normas
democráticas de la Internacional, por medio de intrigas fraccionales y ataques
personales. Estas intrigas, dirigidas aparentemente contra el Consejo General
fueron en realidad dirigidos contra la propia Internacional,a las ideas, métodos
y programa a los que Bakunin se oponía fundamentalmente.
Las ideas de
Bakunin
El marxismo y el anarquismo son ideologías completamente
opuestas y excluyentes. La primera es una teoría científica y una política
revolucionaria que refleja los intereses de clase del proletariado. El
anarquismo es una doctrina confusa y anticientífica, que encuentra su base de
clase en la pequeña burguesía y el lumpenproletariado. Este no es el lugar para
tratar en detalle con las ideas de Bakunin, a pesar de que volveremos a este
tema en el futuro. Su programa (en la medida en que existía) fue un revoltijo
superficial de las ideas tomadas de Proudhon, Saint Simon y otros socialistas
utópicos. Por encima de todo, predicaba la abstención del movimiento político -
una idea que también tomó de Proudhon. En lo que se refiere al rechazo de la
acción política y la organización, Marx escribió: "Nota en cuanto al
movimiento político: El movimiento político de la clase obrera tiene por objeto,
por supuesto, la conquista del poder político por la clase trabajadora, y para
ello es necesario que, previamente, se haya desarrollado hasta cierto punto una
organización de la clase obrera surgida a su vez de las luchas económicas de la
misma. "Por otro lado, sin embargo, todo movimiento en el que la clase
obrera se presente como clase contra las clases dominantes e intente obligarlas
por medio de la presión exterior, es un movimiento político. Por ejemplo, el
intento de una fábrica en particular, o incluso una industria en particular de
forzar una reducción de la jornada de trabajo por huelgas, etc, es un movimiento
puramente económico. En cambio, el movimiento que tiene como objetivo hacer
aprobar una ley que establezca la jornada de ocho horas, etc, es un movimiento
político.Y de esta manera, a partir de los distintos movimientos económicos de
los trabajadores surge en todas partes un movimiento político; es decir, un
movimiento de clase, que tiene por objeto imponer sus intereses de forma
general, en una forma que posee una fuerza de compulsión para toda la
sociedad.Si estos movimientos presuponen un cierto grado de organización
anterior, son también un medio para el desarrollo de esta organización.
"Cuando la clase obrera no es aún lo suficientemente avanzada en su
organización como para llevar a cabo una campaña decisiva contra el poder
colectivo; es decir, el poder político de las clases dominantes, debe en todo
caso entrenarse para ello mediante una agitación continua y una actitud hostil a
la política de las clases dominantes. De lo contrario, seguirá siendo un juguete
en sus manos, como demostró la revolución de septiembre en Francia , y como
también se demostró hasta cierto punto por el juego que los señores Gladstone
& Co. están llevando a cabo fuera de Inglaterra, incluso en la actualidad".
(Marx a Bolte, 23 de noviembre de 1871, publicado en Correspondencia de Marx y
Engels; Editor: International Publishers, 1968) Estas ideas confusas
tuvieron un cierto eco en Italia y España, donde el capitalismo se encontraba
todavía en estado embrionario y el movimiento de los trabajadores estaba poco
desarrollado, y en cierta medida en Francia Suiza y Bélgica. En países como Gran
Bretaña y Alemania avanzó poco. En las filas de la Primera Internacional era una
pequeña minoría. La influencia predominante en la dirección de la Asociación
Internacional de los Trabajadores (el Consejo General, con sede en Londres) fue
la de Marx y Engels.
¿Anarquismo o democracia?
Hoy día hay
personas que repiten los argumentos de Bakunin, como si fueran buena moneda. En
particular, los argumentos que el marxismo es "autoritario" y dictatorial, y que
una organización revolucionaria centralizada aplasta la libertad del individuo,
ahoga todo pensamiento creativo y prepara el camino para la dictadura
totalitaria, se repiten con frecuencia por los críticos del marxismo, aunque
fueron contestados hace mucho tiempo por Marx y Engels. Fué Bakunin,y no
Marx, quien se dedicaba a la política dictatorial maquiavélica, intrigante a
espaldas de la Internacional con el fin de desacreditar a sus líderes y
desorganizarla para instalar una organización rival. Fué Bakunin, y no Marx,
quien se asoció con Nechayev. Junto al cual escribió folletos sobre un nuevo
orden social, que se creará "mediante la concentración de todos los medios de
existencia social en manos de nuestra comisión, y la proclamación de un trabajo
físico obligatorio para todos". En este paraíso anti-autoritario, habría
residencia obligatoria en los dormitorios comunes, las normas de las horas de
trabajo, la alimentación de los niños, etc, de la que Marx escribió con ironía:
"¡Qué bello modelo de comunismo de cuartel! Aquí lo tienes todo: comidas
comunales, dormitorios comunales, los asesores y las oficinas de la regulación
de la educación, la producción, el consumo, en una palabra, toda actividad
social, y para colmo, todo coronado por Nuestro Comité, anónimo y desconocido
por todos, como el dictador supremo. Y eso dicho desde el más puro
anti-autoritarismo ... " Para Bakunin y sus seguidores, la palabra
"autoritario" sólo significaba cualquier cosa que a ellos no le gustaba. Pero es
un hecho innegable que en ciertas situaciones la autoridad es necesaria e
inevitable. Como dice Engels, "Una revolución es, indudablemente, la cosa
más autoritaria que existe; es el acto por medio del cual una parte de la
población impone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles, bayonetas y
cañones, medios autoritarios si los hay; y el partido victorioso, si no quiere
haber luchado en vano, tiene que mantener este dominio por medio del terror que
sus armas inspiran a los reaccionarios". (Engels, Sobre la autoridad)
¿Debe el partido revolucionario reflejar la sociedad del futuro?
Otro argumento tantas veces repetido por los anti-autoritarios es que un
partido centralizado, y disciplinado, no puede conducir al socialismo real sino
a una dictadura totalitaria. ¿Cuántas veces hemos oído esto? ¿Cuántas veces nos
han dicho que el estalinismo fue el producto inevitable del centralismo
leninista? Algún tipo de estructura de toma de decisiones es necesario en
cualquier nivel de cooperación u organización humana. En cualquier comunidad,
necesariamente tengo que sacrificar parte de mi libertad en favor de los demás.
Incluso en la futura sociedad sin clases, la gente todavía tiene que tomar
decisiones, que serán las decisiones de la mayoría. Y bajo el capitalismo, los
trabajadores deben organizarse colectivamente para luchar para defender sus
intereses. ¿Cómo es que esto se realizará, a menos que la minoría se somete a la
voluntad de la mayoría? Es un hecho lamentable con el que a veces hay gente
que no está de acuerdo ¿Qué vamos a hacer en tales circunstancias? La historia
nunca ha producido ningún instrumento mejor para expresar la voluntad popular
que la democracia. Es verdad que incluso la democracia más perfecta tiene sus
limitaciones, pero hasta la fecha nadie ha propuesto nada más perfecto. ¿Cuál es
la alternativa? "¿Consenso"? Pero eso sólo significa adoptar la ley del mínimo
común denominador. ¿O tal vez la solución es que todas las decisiones deban
adoptarse por unanimidad? Ese es el método más antidemocrático de todos, ya que
la oposición de un solo individuo puede paralizar la voluntad de la mayoría: en
otras palabras, es el derecho de veto - ¡la dictadura de un solo individuo!
Las clases medias utilizan los métodos individualistas y tienen una
mentalidad individualista. Una asamblea de los estudiantes puede debatir durante
horas, días y semanas sin llegar nunca a una conclusión. Tienen un montón de
tiempo y están acostumbrados a ese tipo de cosas. Sin embargo, una reunión
masiva de fábrica es un asunto totalmente diferente. Antes de una huelga, los
trabajadores discuten, debaten, escuchan opiniones diferentes. Pero al final del
día, el tema debe ser decidido. Se pone a votación y la mayoría decide. Esto es
claro y evidente para cualquier trabajador. Y nueve de cada diez veces la
minoría voluntariamente acepta la decisión de la mayoría. El mejor ejemplo
de un anti-autoritario es un rompehuelgas, que declara que, sin importar lo que
decidan sus compañeros de trabajo, reclama para sí el derecho a expresar su
libre individualidad - al romper la huelga. Conocemos estos argumentos en favor
de la libertad absoluta del individuo, que son proclamados por la prensa
burguesa en cada huelga pora defender a los rompehuelgas. Y sabemos también cómo
los trabajadores en huelga tratan a estos últimos y cómo ven "la libertad
absoluta del individuo". En realidad, las organizaciones anarquistas (sin
duda, una contradicción en los términos) siempre sufren de la burocracia más
extrema, porque alguien tiene que tomar decisiones. ¿Quiénes son? En la
práctica, las decisiones se toman "espontáneamente" por los grupos
auto-designados que no son elegidos por nadie y no rinden cuentas a nadie - es
decir, el gobierno de las camarillas. Ese fue el método de los bakuninistas en
la AIT. A espaldas de los miembros, se organizó una intriga, bajo el lema de la
lucha contra el "autoritario" Consejo General. Se podría añadir que las
mismas personas que presuntamente fueron librando una lucha por la democracia y
contra el autoritarismo, no fueron elegidos por nadie y tampoco eran
responsables ante nadie. El Consejo General era la dirección electa de la
Internacional. La Alianza bakuninista se autonombró y funcionó al margen de las
estructuras democráticas de la Internacional. Sus miembros solo se representaban
a sí mismos, aunque sus actividades fueron organizadas y orquestadas por el
hombre conocido como "Ciudadano B" (Bakunin), que en realidad lo decidía todo.
La Alianza Socialdemócrata Internacional
Bakunin fue un
aventurero sin principios que constantemente intrigaba para impulsar su propia
posición y prestigio. Para él, la teoría siempre fue una consideración
secundaria: un simple medio de su autoafirmación personal. Ha habido muchas de
estas personas en el movimiento, tanto antes como después. Marx escribió a
Friedrich Bolte sobre Bakunin: "Él - un hombre sin el conocimiento teórico -
tenía la pretensión de que esa organización separada representara la propaganda
científica de la Internacional, pretendiendo que ésta fuera la función especial
de esa segunda Internacional dentro de la Internacional. "[...] Si es un don
nadie como teórico,si está en su elemento como un intrigante." (Carta a
Friedrich Bolte, 23 de noviembre de 1871). La Alianza se caracterizó por la
verborrea radical. Le declaró la guerra a Dios y al Estado y exigió que todos
sus miembros fueran ateos. Su programa económico era confuso y ambiguo. En lugar
de luchar por la abolición de la sociedad de clases, se exigió la igualdad de
todas las clases.En lugar de la expropiación de los medios de producción, se
limitó a una demanda de la abolición del derecho de herencia.Y para no asustar a
la clase media y los burgueses liberales, tuvo cuidado de no definir con
claridad su carácter de clase. La nueva sociedad se acercó al Consejo
General con la petición de que se la integrara dentro de la Internacional como
una organización independiente, con su propia constitución y su programa.
Bakunin escribió una carta para congraciarse con Marx, llena de halagos falsos.
Él escribió: "Desde que abandonamos pública y solemnemente a la burguesía en
el Congreso de Berna, no sé de ninguna otra sociedad, cualquier otro ambiente,
que el mundo de los trabajadores. Mi país es ahora la Internacional, de la cual
usted es uno de los fundadores más importantes. Ya ve usted, mi querido amigo,
que yo soy su discípulo, y estoy orgulloso de serlo". Marx no estaba
impresionado. Hasta finales de 1868 su actitud hacia Bakunin fue la de la
tolerancia extrema. Acogió con satisfacción a Bakunin como colaborador en 1862.
Ahora sospechaba de los motivos de este último - y no estaba equivocado.
Recordemos que tan sólo cuatro años antes Bakunin había escrito desde Italia
prometiendo trabajar para la Internacional. No sólo no cumplió su promesa, sino
que dedicó todas sus energías en la promoción de un movimiento rival burgués, la
Liga por la Paz y la Libertad. Sólo después de que sus esfuerzos para hacerse
cargo de esa organización fallaron regresó su atención a la Internacional, que
ahora obviamente crecía en fuerza e influencia. El Consejo General denegó la
solicitud de la Alianza, y Bakunin recurrió a una maniobra. Anunció que la
Alianza se disolvería y transformaría sus secciones, (que seguiría manteniendo
su propio programa) en las secciones de la Internacional. Después de estas
garantías, el Consejo General acordó admitir a las secciones de la antigua
Alianza en la AIT. La Alianza dijo haberse disuelto el 6 de agosto e informó
al Consejo General de esto. Sin embargo, pocas semanas después reapareció en la
forma de una nueva "Sección Revolucionaria de Propaganda Socialista y Acción",
que se declaró de acuerdo con los principios generales de la Internacional, pero
se reservaba el derecho de hacer uso pleno de la libertad que los Estatutos y
los congresos que la Internacional le ofrecían. No pasó mucho tiempo hasta
que Marx llegara a la conclusión de que Bakunin había engañado al Consejo
General. A pesar de haber separado oficialmente su sociedad, mantenía intacta su
organización central con el fin de hacerse cargo de la Internacional. Los
acontecimientos posteriores demostraron que la Alianza seguía existiendo. Se
llevó a cabo una continua guerra de guerrillas contra la Internacional bajo el
pretexto de la lucha contra el "autoritarismo" del Consejo General. Para ello
Bakunin y sus seguidores no dudaron en recurrir a cualquier medio, incluso las
más bajas calumnias y las intrigas más deshonestas.
Cómo trabajaron los
intrigantes
No es difícil para los intrigantes profesionales influir en
los activistas honestos de un partido. Al tratar con este tipo de individuos, la
honestidad ingenua es una desventaja definitiva, ya que la gente honesta no
puede reconocer una intriga. Se toman las cosas sinceramente y creen en lo que
se les dice, ya que no tienen razón para sospechar de los motivos de la otra
persona, considerando que son trabajadores honestos del partido, como ellos
mismos. Bakunin elaboró el plan de una fracción secreta, L'Alliance
Internationale de la Démocratte Socialiste, que, aunque formalmente era una rama
de la AIT, en realidad formó una asociación paralela a la International, con la
misión especial de elaborar los más altos principios "filosóficos" del
movimiento proletario. El "por un truco ingenioso, habría colocado a nuestra
sociedad, bajo la dirección y la iniciativa Suprema del ruso Bakunin."
Bakunin fue un intrigante hábil y pronto convenció al veterano
revolucionario alemán y amigo de Karl Marx y Engels, Johann Philipp Becker, que
vivía en Suiza, para que añadiera su firma al programa. Marx escribió con pesar:
"El valiente viejo Becker, siempre ansioso por la acción, de que algo se agite,
pero poco crítico de mente, un entusiasta, como Garibaldi, fácilmente se dejó
llevar". (Marx a Pablo y Laura Lafargue, 15 de febrero de 1869) La forma en
que se manejaron las cosas, fue peculiarmente deshonesta. Enviaron su nuevo
programa, colocando el nombre de Becker a la cabeza de las firmas, escondiéndose
detrás de la autoridad moral de un veterano de honestidad incuestionable.
Entonces, a espaldas del Consejo General enviaron emisarios a París, Bruselas,
etc (En aquellos días, que no poseían Internet, que les habría salvado un montón
de tiempo y esfuerzo). Sólo en el último momento, dieron a conocer los
documentos al Consejo General de Londres. El Consejo General tomó medidas
para detener estas intrigas entre fracciones. El 22 de diciembre de 1868, una
decisión unánime del Consejo General declaró nula las normas por las que la
Alianza establecía sus relaciones con la Asociación Internacional de los
Trabajadores y se negó la admisión de la Alianza como una rama de la Asociación
Internacional de los Trabajadores. Todas las ramas de la AIT aprobaron la
decisión. Becker quedó resentido con Marx por ésto, pero, como Marx escribió
a los Lafargue: "Toda mi amistad personal por Becker no podía permitir que este
primer intento de desorganizar la sociedad pudiera tener éxito." (Marx a Pablo y
Laura Lafargue, 15 de febrero de 1869). Bakunin reaccionó declarando que la
Alianza fue "disuelta", cuando en realidad se mantuvo como una organización
secreta de trabajo a espaldas de la Internacional.
El asunto Nechayev
Una indicación de las aventuras de Bakunin fue su asociación con el
famoso terrorista ruso Nechayev, que fue juzgado por el asesinato de un joven
estudiante de su grupo en Rusia y acabó su vida en una prisión zarista, habiendo
comprometido seriamente la causa revolucionaria. Fue en parte para desviar la
atención de este escándalo que Bakunin intensificó sus ataques a Marx y el
Consejo General. Habia profundas diferencias entre las ideas propugnadas por
Bakunin y las de Marx. Bakunin rechazaba totalmente la idea de que el
proletariado tomara el poder. Negó cualquier forma de lucha política en la
medida que tenía que llevarse a cabo dentro de la sociedad burguesa, la cual
tenía que ser destruida. Riazanov resumió la esencia del credo de Bakunin:
"Primero destruir, y entonces todo se arreglará por sí mismo. Destruir -
cuanto antes, mejor. Sería suficiente para incitar a los intelectuales
revolucionarios y los trabajadores amargados. Lo único necesario sería un grupo
compuesto por personas determinadas con el demonio de la revolución en sus almas
". (D. Riazanov, Karl Marx y Friedrich Engels, p. 185) Esta es una
concepción totalmente errónea de la lucha de clases. La clase obrera sólo puede
aprender a través de la lucha. Sin la lucha día a día para avanzar bajo el
capitalismo, la revolución socialista sería imposible. La lucha por las
reformas, salarios más altos, mejores condiciones laborales y de vida, una
reducción de las horas de trabajo, etc crea condiciones más favorables para la
organización de clase del proletariado. En una fase histórica determinada, las
luchas económicas de la clase obrera necesariamente se convierten en luchas
políticas, como la lucha por los derechos democráticos, la libertad de expresión
y de reunión, el derecho de huelga, el derecho al voto, etc. Es impensable que
la clase trabajadora pueda permanecer indiferente a esto. La consigna de
abstención política simplemente significa que la clase obrera sigue estando
políticamente subordinada a los partidos de la burguesía liberal, como el
ejemplo de Inglaterra ya puso claramente de manifiesto durante el siglo XIX. Con
el fin de lograr la independencia de la burguesía en la esfera política, el
proletariado debe luchar por su propio partido político independiente. Por eso,
Marx consideraba imprescindible la lucha política y la organización política del
proletariado para la conquista del poder político. Pero para los bakuninistas se
trataba de un libro cerrado con siete llaves. Como hemos visto, las
aventuras de Bakunin fueron completamente expuestas en el asunto Nechayev.
Nechayev era un joven fanático, un aventurero revolucionario que se presentó en
Ginebra en la primavera de 1869, que afirma haber escapado de la fortaleza de
Pedro y Pablo. También afirmó que representaba un comité todopoderoso que
derrocaría a la Rusia zarista. Esto fue una pura invención. Nunca había estado
en Pedro y Pablo y el Comité nunca existió. Sin embargo, Bakunin estaba
impresionado por ese "joven salvaje", "ese joven tigre" como solía llamar a
Nechayev. Nechayev era un devoto discípulo de Bakunin. Pero a diferencia de su
maestro, Nechayev siempre se caracterizó por una coherencia de hierro. Bakunin
había predicado que el lumpen proletariado fueran el portador real de la
revolución social. Consideraba a los delincuentes como elementos deseables para
ser reclutados por el movimiento revolucionario. Así que era lógico que su fiel
discípulo Nechayev concluyera que era necesario organizar un grupo de lúmpenes
con el propósito de "expropiar" en Suiza. En el otoño de 1869 Nechayev
regresó a Rusia con un plan para crear un grupo bakuninista allíá No hay duda de
que fue con el pleno apoyo de Bakunin. Llevaba consigo una autorización por
escrito de Bakunin, que declaró que él era el "representante acreditado" de la
denominada Alianza Revolucionaria Europea - otra invención de Bakunin. Incluso
hizo un llamamiento a los oficiales del ejército zarista, instándolos a ponerse
incondicionalmente a disposición del "comité", aunque éste no existía.
Cuando un miembro del grupo de Nechayev, un estudiante llamado Ivanov,
comenzó a dudar de la existencia de la comisión secreta, Nechayev lo asesinó.
Esto dio lugar a numerosas detenciones, pero Nechayev logró evitar la detención.
El juicio Nechayev abrerto en San Petersburgo en julio de 1871 y el asunto
espantoso fueron expuestos públicamente. Había más de ochenta acusados, en su
mayoría estudiantes, Nechayev mismo escapó a Ginebra. El asunto Nechayev
hizo mucho daño al movimiento en Rusia e internacionalmente. Afectó a la AIT
porque Nechayev dejó que la gente creyera que estaba actuando en nombre de la
Internacional, mientras que en realidad era un agente de Bakunin. Más tarde, con
el fin de explicar este asunto y de eximirse de su responsabilidad personal por
ello, Bakunin afirmó que cayó bajo la influencia de Nechayev quien lo engañó y
lo utilizó para sus propios fines. Pero fue Bakunin quien le proporcionó
documentos falsos que pretendían ser de la Internacional, y fueron firmados por
él. Fue Bakunin quien escribió la mayoría, si no todas, las proclamas y
manifiestos de la inexistente "comisión", y fue Bakunin quien defendió a
Nechayev después de haber huido de la escena del crimen, describiendo el
asesinato del desafortunado Ivanov como "un acto político ". Mientras tanto, la
mayoría de los estudiantes que fueron sometidos a juicio fueron condenados a
largas penas de cárcel o a una muerte en vida en las minas de Siberia.
El Congreso de Basilea
Fue en Basilea que Bakunin hizo su
primera aparición, y su facción fue bien representada en ella. Pero como él
todavía estaba palpando el terreno, se mostró cauteloso acerca de la
presentación de su programa real. Irónicamente, el mismo Bakunin, que siempre se
había opuesto violentamente ,al oportunismo, se limitó a exigir la supresión
inmediata, no de la propiedad privada, sino del derecho de herencia. Como de
costumbre, Bakunin puso todo de cabeza. No es el derecho de herencia el que es
responsable de la propiedad privada, sino la existencia de la propiedad privada
la que da lugar al derecho de herencia. Después de la toma del poder, el
proletariado se ocupará de esta cuestión, junto con muchos otros temas
secundarios relacionados . Pero la tarea principal es la expropiación de la gran
propiedad privada a través de la nacionalización de la tierra, los bancos y los
monopolios privados. Pero esto es un acto político, y por lo tanto un anatema
para los anarquistas. Proponer la supresión del derecho de herencia en
general, además de su carácter claramente utópico, no tiene en cuenta el hecho
de que una gran parte de la clase media, campesinos y hasta una sección de la
clase obrera se vería afectada. Un Estado obrero no expropiaría a los pequeños
propietarios, sólo la gran propiedad privada (terratenientes, grandes
empresarios). Mientras tanto, sería suficiente imponer un fuerte impuesto a la
riqueza y limitar el derecho de herencia. Para Bakunin, sin embargo, estas
circunstancias concretas eran irrelevantes. Su esquema de la revolución social
era una pura abstracción, fuera del tiempo y el espacio. Como de costumbre, su
demagogia vacía sólo servía para sembrar la mayor confusión posible. Cuando la
cuestión se sometió a votación ninguna de las resoluciones obtuvo una mayoría
suficiente, y todo el asunto quedó en un estado de confusión, que era el
resultado inevitable de las intervenciones "teóricas" de los anarquistas .
Habiendo hecho un lío, Bakunin se olvidó de su derecho de herencia y pasó a otra
cosa. Esta fue una conducta absolutamente típica de su parte: a) Aporrea el
tambor ruidosamente sobre un tema u otro, b) causa la mayor confusión posible,
c) pasa a otro tema. Los resultados de la desorganización de esta conducta son
evidentes. Es interesante observar que las estructuras "autoritarias" de la
Internacional contra las que protestaba Bakunin con tanta vehemencia en 1871 y
1872 fueron introducidas a la Internacional por la moción de los partidarios de
Bakunin, con el apoyo de Bakunin. Este era en un momento en que el objetivo era
hacerse con el control de la Internacional. Sólo cuando este plan falló Bakunin
descubrió de repente el "autoritario" carácter de la estructura de la
Internacional y sus normas. Bakunin siempre gobernó su propia fracción, la
Alianza, con una mano de hierro. Ciertamente, la acusación de autoritarismo y de
tendencias dictatoriales pueden ser con mayor justicia usadas en contra de
Bakunin que de Marx. Por esos tiemps Wilhelm Liebknecht y August Bebel,
después de una fuerte lucha fraccional contra los seguidores de Lassalle, habían
logrado establecer un partido aparte en la convención de Eisenach (1869) basado
en el programa de la Internacional. La actividad de Bakunin en la Liga de la Paz
y la Libertad fue analizada y rechazada por este congreso del partido. El
próximo Congreso se iba a celebrar en Alemania, pero no pudo ser convocado.
Inmediatamente después del Congreso de Basilea las relaciones entre Francia y
Prusia se deterioron rápidamente y el estallido de la guerra era inminente.
En la medida que los miembros de la Internacional tuvieron conocimiento de
la conducta desorganizada de Bakunin y sus seguidores, reaccionaron en contra.
Marx escribió a Engels el 30 de octubre 1869: "A propósito. El secretario de
nuestra Comisión francesa de Ginebra está totalmente harto de Bakunin, y se
queja de que desorganiza todo con su "tiranía". En la Égalite, el señor Bakunin
indica que los trabajadores alemanes e ingleses no tienen el deseo por la
individualidad, por eso aceptan nuestro communisme autoritaire. En oposición a
esto, Bakunin representa le collectivisme anarchique. El anarquismo está, sin
embargo, en su cabeza, que sólo contiene una idea clara - que Bakunin debe tocar
el primer violín ". (MECW, Tomo 43, p. 363)
Segunda Parte
La
Comuna de París puso a prueba las diferentes corrientes dentro de la Primera
Internacional. Su derrota posterior creó una atmósfera donde prosperaron todo
tipo de elementos desmoralizados. La intriga estaba a la orden del día. Esto
condujo a un cuestionamiento de la dirección centralizada, de la función misma
de la dirección. Marx y Engels respondieron a todo esto completamente.
Bakunin y la Guerra Franco-Prusiana
En medio de todo esto, los
eventos de tormenta estaban preparándose. Los nubarrones de la guerra que se
cernía sobre Europa, estalló en la Guerra Franco-Prusiana. La derrota de los
ejércitos franceses en Sedán condujo a la caída del régimen bonapartista y a la
Comuna de París. Francia estaba una vez más en la agonía de la revolución. Aquí,
el carácter aventurero de Bakunin fue expuesto en la práctica. Durante la
guerra Bakunin apoyo a Francia, por temor a que se convirtiera en una colonia
alemana "y luego en vez de vivir el socialismo tendremos el socialismo
doctrinario de los alemanes". (James Joll, Los Anarquistas, p. 90). Cuando
el 19 de julio de 1870 la guerra estalló, tomó a Europa por sorpresa. Pocos días
después del estallido de las hostilidades el Consejo General publicó una
proclama escrita por Marx, que comenzó con una cita del discurso inaugural de la
Internacional sobre la guerra: "Una política exterior que persigue designios
criminales, jugando con los prejuicios nacionales y despilfarrando en las
guerras de piratería la sangre y el tesoro del pueblo". Marx denunció
ferozmente a Napoleon III señalando que, ganase quien ganase, las últimas horas
del Segundo Imperio habían llegado. Esta fue una predicción profética. En cerca
de seis semanas, el ejército regular francés fue aplastado en Sedan. El 2 de
septiembre, Napoleón ya se había rendido a los prusianos. Dos días más tarde se
declaró una república en París. Pero la guerra continuó. Pasó a la segunda fase,
en la que Prusia ya no peleaba una guerra defensiva contra el imperio, sino una
guerra de rapiña contra el pueblo francés para apoderarse de Alsacia-Lorena y
saquear Francia. El 9 de septiembre de 1870, inmediatamente después de la
proclamación de la República en Francia, el Consejo General emitió su segundo
Manifiesto sobre la guerra, también escrita por Marx. Contiene uno de los
análisis más profundos de todos los escritos de Marx. Mucho antes de la caída de
Sedán, el Estado Mayor prusiano se pronunció a favor de una política de
conquista. Marx se opuso a cualquier política de anexiones e indemnizaciones, y
proféticamente predijo que esa paz depredadora crearía un estado de guerra
permanente en Europa. Francia lucharía por recuperar lo que había perdido, y
entraría en una alianza con la Rusia zarista contra Alemania. Esto fue
exactamente lo que sucedió en 1914. El manifiesto instaba a los trabajadores
alemanes a la demanda de una paz honorable y el reconocimiento de la República
Francesa, y aconsejó a los trabajadores franceses mantener un ojo vigilante
sobre los republicanos burgueses y hacer uso de la República con el propósito de
fortalecer su organización de clase para luchar por su emancipación. Sin
embargo, Marx advirtió a los trabajadores franceses de no tratar de tomar el
poder en las actuales circunstancias. Mientras que Marx estaba tratando de
contener a los trabajadores franceses para que no entraran en una batalla
prematura contra fuerzas abrumadoras, Bakunin estaba haciendo todo lo posible
por promover la revuelta a toda costa. Tan pronto como se enteró de un
levantamiento local en Lyon, Bakunin fue a esa ciudad el 28 de Septiembre, donde
se instaló en el Ayuntamiento. Declaró abolida la maquinaria "administrativa y
gubernamental del Estado", y proclamó en su lugar la "Federación Revolucionaria
de la Comuna". Bakunin llevó a tal punto su rechazo a la autoridad que se
olvidó de poner guardias en la puerta del Ayuntamiento, de modo que cuando el
Estado finalmente apareció bajo la forma de la Guardia Nacional, fue capaz de
entrar en los locales sin dificultad y arrestó a todo el mundo adentro. Marx
escribió sobre este episodio con dura, pero justificada ironía: "Londres, 19
de octubre 1870 "En cuanto a Lyon, he recibido cartas no aptas para su
publicación. Al principio todo fue bien. Bajo la presión de la sección
"Internacional", se proclamó la República antes de que en París se hubiese dado
ese paso. Un gobierno revolucionario fue a la vez establecido - La Comuna -
compuesto en parte de trabajadores pertenecientes a la "Internacional", en parte
de republicanos radicales de clase media. Los octrois [impuestos interiores de
aduanas] fueron abolidos de una vez, y con razón. Los intrigantes bonapartistas
y clericales fueron intimidados. Se tomaron medidas enérgicas para armar a todo
el pueblo. La clase media comenzó, si no a simpatizar con el nuevo orden de
cosas, al menos a someterse en silencio. La acción de Lyon se hizo sentir, a su
vez, en Marsella y Toulouse, donde las secciones de la 'Internacional' son
fuertes. "Pero los asnos Bakunin y Cluseret llegaron a Lyon y lo estropearon
todo. Al pertenecer ambos a la "Internacional", por desgracia, han influido lo
suficiente como para inducir al error a nuestros amigos. El Ayuntamiento fue
tomado por un corto tiempo - fueron emitidos un decreto de lo más estúpido sobre
la abolición de l'Etat [abolición del Estado] y tonterías similares. Usted
entiende que el hecho mismo de que un ruso - presentado por los periódicos de la
clase media como un agente de Bismarck - pretendiéndose imponer a sí mismo como
el dirigente de un Comite de Salut de la France [Comité de Salvación de Francia]
era suficiente para cambiar el equilibrio de la opinión pública. En cuanto a
Cluseret, se comportaba tanto como un tonto y un cobarde. Estos dos hombres han
dejado Lyon después de su fracaso. "En Ruan, como en la mayoría de las
ciudades industriales de Francia, las secciones de la Internacional, siguiendo
el ejemplo de Lyon, han forzado la admisión oficial en los «comités de defensa »
de los elementos de clase obrera. "Sin embargo, debo decirle que, de acuerdo
a toda la información que recibo de Francia, la clase media en general prefiere
la conquista de Prusia a la victoria de una República con tendencias
socialistas". (Marx y Engels Correspondencia) Al terminar en una farsa su
intento de proclamar el anarquismo, el "ciudadano B" se vio obligado a regresar
a Suiza con las manos vacías. Ahora volvió su atención una vez más a la AIT.
Incapaz de derrocar al Estado burgués, intensificó sus esfuerzos para derrocar
el Consejo General, que, en vísperas de la Comuna de París, tuvo que dedicar un
tiempo precioso a las intrigas constantes de Bakunin.
La Comuna de París
Tal como Marx pensaba, los republicanos franceses pronto mostraron su
cobardía y su disposición a firmar un acuerdo con Bismarck en contra de la clase
obrera, que estaba dispuesta a luchar contra las fuerzas de Prusia. El intento
de la burguesía francesa de desarmar a los trabajadores de París fue la chispa
que encendió la llama de la Comuna de París. La Comuna duró tres meses (del
18 de marzo al 29 de mayo de1871), pero finalmente sucumbió ante una fuerza
abrumadora. Unos días después de la derrota de la Comuna, Marx escribió la
famosa Alocución que hoy conocemos como La Guerra Civil en Francia. En un
momento en que los Comuneros estaban siendo sistemáticamente demonizados por la
prensa burguesa, Marx los defendió. Señaló que la Comuna de París era el
prototipo de un Estado obrero futuro, una expresión concreta de la "dictadura
del proletariado". Basándose en la experiencia de la Revolución de 1848,
Marx había llegado a la conclusión de que la clase obrera, después de haber
tomado el poder, no podía simplemente apoderarse del aparato del Estado burgués
y utilizarlo para sus propios fines, sino que tendría que demoler este aparato
burocrático-militar y erigir en su lugar un nuevo Estado, un Estado que no sería
una réplica del antiguo Estado de la clase opresora, sino un Estado obrero,
administrado democráticamente por la clase obrera, una Estado transicional que
evoluciona a su propia disolución. La Comuna de París fue dicho Estado.
Bakunin y sus seguidores llegaron a conclusiones diametralmente opuestas. Su
oposición a la política y al Estado se hizo aún más insistente, preconizando la
creación de comunas en ciudades separadas tan pronto como fuera posible, con la
idea de que estas comunas inspirarían a otros pueblos a seguir su ejemplo. Pero
una de las razones por la cual la Comuna fue derrotada era precisamente porque
se mantuvo aislada en París. Lo que se requería, como Marx explicó, era marchar
sobre Versalles, donde estaba la base de la contrarrevolución, y aplastar al
enemigo antes de que el enemigo aplastara la Comuna, lo que, desgraciadamente,
ocurrió. Algún tiempo después, Garibaldi respondió a los bakuninistas que la
Comuna de París fue derrotada porque no estaba suficientemente centralizada y
disciplinada: "Ustedes tienen la intención, sobre el papel, de hacer la guerra a
la mentira y la esclavitud. Ese es un programa muy bueno, pero creo que la
Internacional, en la lucha contra el principio de autoridad, comete un error que
impide su propio progreso. La Comuna de París cayó porque no había ninguna
autoridad en París, sino sólo la anarquía. España y Francia están sufriendo el
mismo mal". (Engels, Comentario sobre la carta de Giuseppe Garibaldi a Próspero
Crescio, 7 de Julio de 1873, MECW, vol. 23, p. 453.)
Después de la
Comuna
La derrota de la Comuna, inevitablemente, creó una situación muy
difícil para la Internacional. La Internacional se enfrentó a los ataques de sus
enemigos por todos lados. Había ataques calumniosos de la prensa burguesa de
todos los países. Sin embargo, el Consejo General fue capaz de responder a esos
ataques abiertamente y por un tiempo los ataques, en realidad, sirvieron para
reforzar la Internacional. En Francia, sin embargo, la contrarrevolución
furiosa significó que durante algunos años el movimiento obrero francés quedó
paralizado y los vínculos con la Internacional se rompieron. Como consecuencia
de la derrota y el terror blanco que le siguió, un ejército de refugiados de la
Comuna inundó Londres, prácticamente el único lugar en Europa que los recibió.
En un momento en que casi todos los gobiernos empezaron a movilizar sus fuerzas
contra la Internacional, ésta se vio abrumada por la necesidad de ayudar a los
muchos refugiados de la Comuna, la mayoría de los cuales terminaron en Londres.
La recolección de los fondos necesarios para ayudarlos y absorbió una gran parte
del tiempo de Marx y de otros miembros del Consejo General. Lo peor estaba
por venir. Como ocurre a menudo en los círculos de exiliados tras la derrota de
la revolución, los refugiados franceses estaban desmoralizados y desorientados
por los acontecimientos, y la lucha amarga entre facciones estallaba
continuamente entre ellos. Esto afectó al Consejo General, que había cooptado a
un número de refugiados para compensar la pérdida de contactos en la propia
Francia. Más adelante se supo que un número de agentes de la policía francesa y
provocadores habían penetrado en las filas de los exiliados de Francia y se
infiltraron en las filas de la Internacional. La Internacional fue asediada
por enemigos de todas partes. Bakunin lanzó un ataque contra Marx y el
"comunismo de Estado": "Lucharemos hasta el fondo en contra de sus teorías
falsas y autoritarias, contra su presunción dictatorial y en contra de sus
métodos de intrigas palaciegas y las maquinaciones, jactanciosas, su
introducción de personalidades dañinas, sus insultos y calumnias infames, los
métodos que caracterizan a las luchas políticas de casi todos los alemanes y
que, lamentablemente, han introducido en la Internacional". (Citado en Mehring,
Karl Marx) Mientras tanto, Mazzini publicó ataques violentos contra la
Comuna y sobre la Internacional en un semanario que publicaba en Lugano; pero
Garibaldi, que era un auténtico revolucionario y un héroe nacional, veía en la
internacional "el sol del futuro". El movimiento obrero alemán también sufrió
los ataques del Estado. Bebel y Liebknecht, que habían protestado contra la
anexión de Alsacia-Lorena, y declararon su solidaridad con la Comuna de París,
fueron arrestados y condenados a reclusión en una fortaleza. Bismarck golpeó
fuertemente al movimiento obrero alemán y, en particular, a los partidarios de
la Internacional.
Ultraizquierdismo y oportunismo
Marx se vio
obligado a luchar en diferentes frentes. Por un lado estaban los anarquistas de
extrema izquierda, pero por el otro hubo todo tipo de elementos reformistas
confundidos que se habían sumado a la Internacional como un medio de promoción
de su actividad sindical, pero que no eran revolucionarios. Estas personas se
asustaron con la Comuna de París y la ferocidad de la represión que le siguió.
Más de uno de ellos abandonó la Internacional con cualquier pretexto. Un
representante típico de esta tendencia fue el sindicalista inglés John Hales,
que era en ese momento el Secretario General de la AIT. Hales era un reformista
con prejuicios nacionalistas. Marx le dijo que en su trato con los dirigentes
obreros reformistas ingleses tenía que ser muy paciente: "suave en la forma pero
audaz en el contenido". ¡Él debe haber tenido la paciencia de Job! Al leer
las actas del Consejo General se obtiene una impresión clara de lo que Marx y
Engels tuvieron que soportar con esta gente. Los miembros ingleses del Consejo
mostraron una mente estrecha y parroquial en la mayoría de los temas, cayendo en
disputas triviales sobre asuntos organizativos, que a menudo los desviaban del
trabajo más importante. Huelga decir que los hombres como Hales, recelaban
de los auténticos revolucionarios y tuvieron una actitud ambivalente hacia la
Comuna de París. Ellos eran hostiles al Republicanismo irlandés y se inclinaban
a acomodarse a los elementos liberales. Como Hales demostró en su actitud frente
a la cuestión irlandesa. Exigió que los miembros irlandeses de la AIT deberían
estar bajo el control del Consejo Federal británico - una demanda que fue
rechazada por el Consejo General, con sólo un voto a favor - el de Hales. A
primera vista puede parecer que no podía haber un terreno común entre los
reformistas ingleses como Hales y compañía, y los bakuninistas. Pero en
política, podemos encontrar todo tipo de socios extraños. La exigencia de la
Alianza de dar autonomía a las secciones nacionales de la Internacional encontró
audiencia entre algunos ingleses. En la medida en que Hales sintió que su
posición como Secretario General de la AIT estaba siendo amenazada, para
mantenerse en su posición, manejó el Consejo Federal británico como un
contrapeso al Consejo General. Y eso no fue todo. La demanda de Bakunin de
que los trabajadores debían abstenerse de la política también ayudó a la
política de colaboración de clases de los dirigentes sindicales, los cuales
estaban adheridos firmemente a la plataforma ligada al Partido Liberal y no
tenían deseo alguno de tomar la iniciativa de establecer un Partido Laborista
independiente . Todo esto fue motivo suficiente para que los reformistas
Ingleses hicieran causa común con los anarquistas españoles e italianos - y
siempre en contra de Marx y el Consejo General.
Aluvión de cartas
El anarquismo es el comunismo de la pequeña burguesía y el lumpen
proletariado. En ambos casos, la consideración central es siempre la misma: el
individualismo extremo, un rechazo total a las normas, a la disciplina y la
centralización. En el transcurso de la disputa con los bakuninistas, éstos
ignoraron todas las estructuras democráticas de la Internacional. Se negaron a
reconocer el Consejo General, aunque había sido elegido por el Congreso Mundial
y varias veces reelegido. Los bakuninistas eran pequeños en número, pero
hacían mucho ruido. El 28 de julio 1871 Engels escribió a Carlo Cafiero:
"Los bakuninistas son una pequeña minoría dentro de la Asociación y son los
únicos que en todo momento han provocado la disensión. Me refiero principalmente
a los suizos, ya que nosotros poco o nada teníamos que ver con los otros.
Siempre hemos permitido que ellos tengan sus principios y se promuevan como
mejor les pareciera, siempre y cuando renunciaran a todos los intentos de
socavar la Asociación o imponer su programa sobre nosotros". (MECW, vol. 44, p.
180) Los limitados recursos del Consejo General, fueron sometidos a una
fuerte presión por los problemas que se derivaban de la derrota de la Comuna.
Los constantes ataques de los enemigos de la Internacional, las intrigas de los
bakuninistas y la necesidad de asistir al número cada vez mayor de hambrientos y
de los refugiados indigentes procedentes de Francia, tomaron una cantidad
colosal de tiempo. Durante semanas Marx no pudo dedicar ningún tiempo a El
Capital y otros trabajos teóricos importantes. Él escribió en su desesperación a
Kugelmann: "Recuerde, mon cher, que si el día tuviera 48 horas, ni siquiera
así habría agotado un día de trabajo desde hace meses. "El trabajo de la
Internacional es inmenso, y además Londres está plagado de refugiados, a los que
tenemos que cuidar. Además, estoy invadido por otras personas - los periodistas
y personas de todo tipo - que quieren ver el "monstruo" con sus propios ojos.
"Hasta ahora se ha pensado que la aparición de los mitos cristianos durante
el Imperio Romano fue posible sólo porque la imprenta aún no se había inventado.
Precisamente, es lo contrario. La prensa diaria y el telégrafo, que en un
momento extienden sus invenciones por toda la tierra, fabrica más mitos en un
día (y el ganado burgués los cree y difunde aún más), que lo que hubiera sido
previamente producido en un siglo". (Marx a Ludwig Kugelmann, 27 de julio de
1871, MECW, vol. 44, pp. 176-177) Una manera de sabotear el trabajo de una
organización es sobrecargándola con tareas que superan su capacidad real para
hacerle frente. Los bakuninistas adoptaron la táctica de bombardear a las
secciones y a miembros individuales con un aluvión de cartas, circulares, etc,
difamando a Marx y al Consejo General. Comentando sobre esta táctica, Engels
escribió: "Como corresponsales privados, estos hombres son increíblemente
asiduos, y si él [fuera] miembro de la Alianza ellos seguramente lo habrían
bombardeado con cartas y halagos." (Para Lafargue, 19 de enero de 1872, MECW,
vol. 44, p. 301). Engels, afortunadamente, no vivió en la era de los correos
electrónicos, o hubiera tenido mucho más de qué quejarse. La circular
Sonvillier acusó a la Conferencia de Londres del más letal de todos los pecados
capitales - Autoritarismo: "Esta Conferencia ha adoptado resoluciones ...
... que tienden a convertir la Internacional, que es una federación libre de las
secciones autónomas, en una organización jerárquica y autoritaria de secciones
disciplinadas colocadas enteramente bajo el control de un Consejo General, que
podrá, en voluntad, rechazar su admisión o suspender su actividad "! En la
circular afirma que el hecho de que algunas personas fuesen miembros del Consejo
General tenía un "efecto corruptor", porque "es absolutamente imposible para una
persona que tiene el poder" (!) sobre sus compañeros seguir siendo una persona
moral. El Consejo General se está convirtiendo en un semillero de intrigas".
Esta es sólo otra manera de expresar el prejuicio común de los obreros atrasados
que "todos los líderes son corruptos". Si ese fuera realmente el caso, las
perspectivas para el socialismo serían muy pobres. Sin embargo, otra queja
de los "anti-autoritarios" era que los mismos miembros del Consejo General eran
reelegidos cada año. La misma dirección estaba asentada en el mismo lugar
(Londres). El Consejo General ha sido "integrado durante cinco años de
funcionamiento por las mismas personas, continuamente re-electas". A esta queja
Marx le dio la respuesta obvia: "La reelección de los miembros originales del
Consejo General, en los congresos sucesivos en los que Inglaterra estuvo
insuficientemente representada, parecería probar que ha cumplido con su deber
dentro de los límites de los medios a su disposición", ibid.). Es evidente
que el Congreso sólo volvería a elegir una dirección si considera que su labor
era en general satisfactoria, Los Dieciséis, por el contrario, lo interpretaron
como una prueba más de "la confianza ciega de los Congresos", y llegaron al
punto de acusar al de Basilea de "una especie de abdicación voluntaria en favor
del Consejo General". En su opinión, "la función normal del Consejo" debería ser
"la de una simple ofician de correspondencia simple y estadística".
¿Ninguna dirección?
La idea de que la Internacional no debe
tener un centro de orientación y de que sus órganos de dirección sólo deberían
coordinar el trabajo de las secciones nacionales fue puesto en práctica más
tarde por la Segunda Internacional, que, como señaló Lenin, no fue una
Internacional, sino sólo una oficina postal. Esto jugó un papel importante en la
degeneración nacional-reformista de la Segunda Internacional. Por otra
parte, este argumento no se limita a la Internacional. Se aplica igualmente a
las organizaciones nacionales y locales. La lógica de esto sería disolver la
organización en su conjunto - lo cual se adapta al punto de vista anarquista
admirablemente. Desafortunadamente, los trabajadores están implicados en la
lucha de clases y ésta no se puede hacer sin una organización fuerte y
centralizada para luchar contra los patrones. Las organizaciones obreras son muy
democráticas. En ellas se debaten las diferentes opiniones cuando se trata de
llamar o no a una huelga. Pero al final del día, el asunto se somete a votación
y la mayoría decide. La pregunta es: ¿cuál es el verdadero carácter de una
dirección revolucionaria? ¿Es para proporcionar dirección política, o
simplemente para actuar de una manera administrativa (es decir, burocrática)?
¿Es para organizar y centralizar el trabajo o simplemente para transmitir
información y coordinar la labor de los órganos integrantes, que funcionarán con
total autonomía? ¿Es la organización revolucionaria una escuela sin ningún tipo
de ideas claras, que discute interminablemente las opiniones de cada compañero
para que una idea "emerja" de motu propio? ¿O es una organización que se fora
sobre la base de ideas, teorías y principios muy definidos que se vuelven a
debatir con regularidad, se concretan y votan en los congresos democráticos con
delegados electos? Marx respondió a los anarquistas como sigue: "En
primer lugar, el Consejo General sería nominalmente una simple ficina de
correspondencia y estadística. Pero, como cesarían sus funciones
administrativas, su correspondencia se reduciría necesariamente a la
reproducción de los informes ya publicados por los periódicos de la Asociación
Por lo tanto la oficina de correspondencia se volvería innecesaria. "En
cuanto a la estadística, es un trabajo irrealizable sin una potente organización
y, sobre todo, como dicen expresamente los Estatutos originales, sin una
dirección común. Ahora bien, como todo esto huele mucho a «autoritarismo», puede
ser que haya una oficina, pero, desde luego, no habrá estadística. En una
palabra, el Consejo General desaparecería. Con este mismo razonamiento, se
liquidarían los Consejos federales, comités locales y otros centros
«autoritarios». Sólo quedaran las secciones autónomas. "Uno se puede
preguntar ¿Cúal será el objetivo de estas« secciones autónomas, libremente
federadas y felizmente libradas de todos los órganos superiores, 'incluso el
cuerpo superior elegido y constituido por los trabajadores? "Aquí, se hace
necesario complementar la circular con el informe de la Comisión Federal de la
región del Jura sometido al Congreso de los Dieciséis: "Para convertir a la
clase obrera en el verdadero representante de los nuevos intereses de la
humanidad», es preciso que su organización «esté guiada por la idea que debe
triunfar. Para desarrollar esta idea de las necesidades de nuestra época, de las
aspiraciones vitales de la humanidad, por medio de un estudio constante de los
fenómenos de la vida social, para luego inculcar esta idea a nuestras
organizaciones de trabajadores - tal debe ser nuestro objetivo", etc. En
resumen, se deben crear "en el seno de nuestra población activa, una verdadera
escuela socialista revolucionaria". "Por lo tanto, las secciones de
trabajadores autónomas se convierten de golpe en escuelas, de las cuales estos
señores de la Alianza deberán ser los maestros. Ellos 'deducen' la idea por
medio de estudios 'sistemáticos' que no dejan el menor rastro. A continuación,
'inculcan esta idea a nuestras organizaciones de trabajadores ". Para ellos, la
clase obrera es, como mucho, sólo materia prima, un caos en el cual deben
exhalar su Espíritu Santo antes de que pueda adquirir forma" (Las pretendidas
escisiones en la Internacional, MECW, vol. 23, p. 114) Como dirección electa
de la Internacional, el Consejo General no podía dejarse intimidar y chantajear
por individuos y grupos autodesignados. En una carta a Carmelo Palladino, de
fecha 23 de noviembre de 1871, Marx explicó su actitud en todo esto:
"Cualesquiera que sean sus temores en relación a la gran responsabilidad que
el Consejo General ha tomado sobre sí mismo, este Consejo seguirá siendo siempre
fiel a la bandera encomendada a su cuidado hace siete años por la fe de los
hombres trabajadores del mundo civilizado. Respetará las opiniones individuales,
está preparado para transferir sus poderes a las manos de sus mandatarios, pero
en la medida que carga con la dirección suprema de la Asociación, se verá
claramente que no se hizo nada que desvirtuara el carácter del movimiento que ha
hecho de la Internacional lo que ahora es, y se acatarán las resoluciones de la
Conferencia hasta el momento en que un congreso lo decida de otra manera".
(MECW, vol. 44, pp. 261-2) Marx señaló, que el único pecado del cual era
culpable el Consejo General era - la realización de las decisiones del Congreso.
El Congreso se compone de los delegados electos que, después de participar
libremente en el debate democrático, deciden por mayoría cuáles son las ideas y
los métodos que la Internacional ha de seguir. La Internacional eligió una
dirección integrada por las personas más capaces y con experiencia para hacer
precisamente eso. Y la democracia siempre ha consistido en el hecho de que la
mayoría decide. La minoría tiene el derecho a expresar sus opiniones dentro de
la organización, pero si se está en una minoría se tiene que aceptar, y no
gritar sobre "autoritarismo". El problema aquí - y en general con los
"anti-autoritarios" - es que no respetan los derechos de la mayoría. Su queja
real es que son una minoría, y no la mayoría. Ellos creen que la cola debería
mover al perro. Marx observó irónicamente: "Parece que creen que el mero hecho
de pertenecer al Consejo General es suficiente para destruir no sólo la moral de
una persona, sino también su sentido común. ¿Cómo podemos suponer que la mayoría
se transforme por si misma, en una minoría mediante la incorporación voluntaria
de nuevos miembros? (Las pretendidas escisiones en la Internacional, MECW, vol.
23, p. 114)
Uso fraccional de la correspondencia privada
Como
parte de su campaña "anti-autoritaria", los bakuninistas no dudaron en hacer un
uso inescrupuloso de la correspondencia privada con fines fraccionales, e
incluso se exigió que el Consejo General debatiera con ellos en público. Cuando
el periódico bakuninista Égalité se unió al Progres para invitar a Travail (un
periódico de París) a denunciar al Consejo General, Marx escribió: "El
Consejo General no conoce ningún artículo, ni en el Reglamento ni en las
Regulaciones, que lo obligue a entrar en correspondencia o en polémicas con
Égalité o para proporcionar "respuestas a las preguntas" de los periódicos. El
Comité Federal de Ginebra sólo representa a las secciones de la Suiza Romanda
frente al Consejo General. Cuando el Comité Federal Romando dirige peticiones de
amonestaciones contra nosotros a través del único canal legítimo, es decir, a
través de su secretario, el Consejo General siempre estará dispuesto a
responder. Sin embargo, el Comité Federal Romando no tiene derecho a abdicar de
sus funciones en favor de Égalité y Progres, ni dejar que estos periódicos
usurpen sus funciones. En términos generales, la correspondencia administrativa
del Consejo General con los comités nacionales y locales no puede ser publicada
sin causar un gran perjuicio a los intereses generales de la Asociación. Por
consiguiente, si los demás órganos de la Internacional siguiesen el ejemplo de
Progres y Égalité, el Consejo General se enfrentaría a la alternativa de
desacreditarse públicamente por su silencio o violar sus obligaciones por
responder públicamente". (Las pretendidas escisiones en la Internacional, MECW,
vol. 23, p.90, la cursiva es mía, AW), Esto es muy claro: los dirigentes de
la Internacional no están bajo ninguna obligación de entrar en polémica pública
con nadie. Por el contrario, eso representaría una violación de sus
obligaciones. La correspondencia interna no puede ser publicada sin perjudicar
en gran medida los intereses generales de la Asociación. Esta correspondencia
debe llevarse a cabo a través de los canales normales que existen para ese
propósito. Sugerir cualquier otra cosa equivaldría a proponer la disolución de
la Internacional, la erradicación de la diferencia entre miembros y no miembros
y la supresión de cualquier elemento de democracia interna, las decisiones del
Congreso, elecciones, etc En otras palabras, representaría el triunfo de la
anarquía sobre el centralismo democrático - que es precisamente lo que Bakunin
quería. La circular de Sonvillier se quejó amargamente de que: "La
Conferencia [de Londres] dirigió un golpe a la libertad de pensamiento y de
expresión ... al conferirle al Consejo General el derecho a denunciar y repudiar
cualquier publicación de las secciones o federaciones que discuten ya sea la
principios sobre los que descansa la Asociación, o los intereses respectivos de
las secciones y federaciones, o, finalmente, los intereses generales de la
Asociación en su conjunto (véase L'Egalité del 21 de octubre). " ¿Qué había
publicado L'Egalité el 21 de octubre ? Ésta había publicado una resolución en la
que la Conferencia "Advierte que en adelante el Consejo General estará obligado
a denunciar públicamente y desautorizar a todos los periódicos que se hacen
llamar órganos de la Internacional que, siguen los precedentes de Progres y
Solidarité, discutir en sus columnas, delante del público de clase media, las
cuestiones exclusivamente reservada a los comités locales o federales y el
Consejo General, o de las sesiones privadas y administrativas de los Congresos
federales o generales. A lo que Marx dijo: "Para apreciar correctamente
las lamentaciones del rencoroso de B. Malon, hay que tener en cuenta que esta
resolución pone fin de una vez por todas, a los intentos de algunos periodistas
que deseaban sustituir las comisiones principales de la Internacional por ellos
mismos, y para jugar en ellas el papel que la bohemia periodística está jugando
en el mundo burgués. Como resultado de uno de tales intentos, el Comité Federal
de Ginebra había visto a algunos miembros de la Alianza editar L'Egalité, órgano
oficial de la Federación Romanda, de una manera completamente hostil a esta
última. " (Las pretendidas escisiones en la Internacional, MECW, vol. 23. p.
104) Marx y Engels no consideraban la prensa del partido como un foro
abierto donde cualquiera puede expresar sus opiniones en público. El 9 de agosto
1871 Der Volksstaat publica una declaración de Amand Goegg dirigida a los
editores de la Schwäbischer Merkur, en la que se declaró un defensor del
individualismo anarquista. El 12 de agosto Der Volksstaat publicó una carta de
Bernhard Becker, refiriéndose a la época de su expulsión de la Asociación
General de los Trabajadores Alemanes en 1865. Cuando Engels se enteró, se
puso furioso y le escribió al dirigente socialdemócrata alemán Wilhelm
Liebknecht: "¿Por qué molestarse en rehabilitar al nada bueno de B. Becker? Y
permitir que el tonto Goegg haga desfilar sus idioteces ante el público? "
(MECW, vol. 44, p. 199). Incluso la publicación de una carta de un elemento
indeseable se consideraba inaceptable. Esto muestra lo lejos que Marx y Engels
estaban de la idea de que la prensa del partido era libre para todo. Otra
cuestión es la distribución pública de la correspondencia interna y privada con
propósitos fraccionales. Sobre esto se pueden citar numerosos comentarios de
Marx sobre el tema. Marx escribió una carta a Nikolai Danielson, 12 de diciembre
de 1872, en la que dice: "Querido amigo, "En el adjunto puede ver los
resultados del Congreso de La Haya. He leído la carta a Lyubavin a la Comisión
de encuesta sobre la Alianza en la más estricta confidencialidad, y sin revelar
el nombre del destinatario. Sin embargo, el secreto no se mantuvo, en primer
lugar, porque la Comisión incluyó a Splingard, el abogado belga, entre sus
miembros, y él no es más que un agente de los Aliancistas; en segundo lugar,
porque Zhuhovsky, Guillaume y Co. ya había recontado antes la historia por todo
el lugar a su manera - como una medida preventiva- y con las interpretaciones
apologistas. Así fue como sucedió que, en su informe al Congreso, la Comisión se
vio obligada a pasar sobre los hechos relacionados con Bakunin, que figuraban en
la carta a Lyubavin (por supuesto, no había revelado su nombre, pero los amigos
de Bakunin ya habían sido informados de ello desde Ginebra). La pregunta que se
plantea ahora es si la Comisión designada por el Congreso publica las actas (de
la que soy miembro) podría hacer uso público de esta carta o no. Eso es decisión
de Lyubavin. Sin embargo, cabe señalar que - desde el Congreso - los hechos han
estado rondando en la prensa europea, y esta no es nuestra forma de actuar. He
encontrado todo el asunto mucho más desagradable porque he contado con la más
estricta discreción y la exigía solemnemente. " (MECW, vol. 44, pp. 455-6, el
subrayado es mío, AW), Vemos aquí que Marx consideraba el uso público de la
correspondencia privada e interna como algo absolutamente inaceptable, de hecho,
de mal gusto. Esto equivale a una violación de la confianza entre compañeros y
un uso inescrupuloso de la información. No hace falta decir que uno no tiene por
qué hablar en los mismos términos sobre un tema en una conversación privada como
lo haría en una reunión pública. Si yo creo que cualquier observación casual que
hago en una comunicación privada (ya sea oral o escrita) al día siguiente se
transmitirá a los cuatro vientos, voy a tener mucho cuidado con lo que digo, y
un intercambio franco y honesto de ideas sería imposible. Esto es
particularmente cierto en el transcurso de una disputa entre facciones, cuando
los ánimos se encienden, e incluso los compañeros más razonables puede hacer
comentarios de los que luego pueden arrepentirse. Si se quiere resolver la
disputa de la mejor manera(es decir, de manera política), es necesario encogerse
de hombros ante esas cosas, que constituyen el cambio menudo de la política, los
detalles triviales que no representan nada serio. Pero si no se quiere resolver
la disputa, sino exacerbarla, para envenenar la atmósfera, aumentar la tensión,
crear enfrentamientos personales y llevar las cosas al punto de una separación,
entonces la táctica correcta es la de difundir todo tipo de chismes, revelar en
público lo que se ha dicho (o escrito) en privado, y violar todas las normas de
comportamiento de camaradería. Cuando Engels descubrió que los bakuninistas
italianos se habían apoderado de una carta que había escrito a un compañero en
Italia, y la estaban utilizando con fines fraccionales, se indignó. Esto es lo
que escribió: "Después de haberse rebelado contra toda la organización de la
Internacional, y sabiendo que tendrá grandes dificultades en justificarse en el
Congreso de septiembre próximo, el Comité del Jura ahora está buscando las
cartas y los mandatos del Consejo General a fin de fabricar acusaciones falsas
en contra de nosotros . Yo, como todos nosotros, de buena gana consiento que
todas las cartas sean leídas en el Congreso, pero no encontramos agradable saber
que las mismas cartas escritas para una u otra sección, han sido puestas a
disposición de estos señores. (Engels a Cesare Bert 7 de junio de 1872, MECW,
vol. 44, p. 392) Alan Woods